Muchas personas esperan que hablen bien de ellos cuando mueran, y viven la vida, atentos a los que otros puedan pensar, por no, "decir".
Por perfeccionismo se exigen, son inflexibles consigo mismos, y es posible, no por principio de vida, sino, por el que diran sin convencimiento de lo que son en Cristo Jesus.
Y con la misma vara con que se miden, miden a todos, y es posible, que sean implacables, no tienen en cuenta su dignidad humana, y mucho menos la sola humanidad del otro.
Cuando me veo en ese espejo, solo le ruego al Padre, "Pon guarda a mi boca, Oh Jehova; guarda la puerta de mis labios, no se incline mi corazon a cosa mala, a hacer obras impias y extiendo mi alma a ti como la tierra sedienta, hazme oir por la mañana tu misericordia, hazme saber el camino por donde ande, enseñame a hacer tu voluntad, porque Tú Eres Dios, Tu Espiritu Santo me guie por camino de rectitud, porque solo Tu levantas a los oprimidos y sostienes a todos los que caen.-
Mi epitafio los escribo una y otra vez, de veras que estoy dandome cuenta que la vida es un continum epitafio.
Hubiera yo desmayado sino creyere en la Bondad de Dios.-
Esto cabe tanto a los que creen en Cristo como su Salvador personal, como a los que no ..........
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