Este era uno de los principios de mi madre. Como hermana mayor, se daban las disputas por la jerarquía, y era una forma muy particular que ella usaba para bajar mi reactividad.
Por ejemplo a mi me decía “Contigo aprendí a ser madre, si soy buena o mala madre lo aprendí contigo, tu eres mi conejillo de indias”
Nadie se ha atrevido a decir, que mi mami fuera una mala madre, porque también decía que había “buenas madres y malas madres”, pero lo importante era hacer mas, de lo que se creía que se podía”.
Para ella sentarse dejar todo para hablar unos minutos con alguien era mas importante, (claro que esto iba acompañado de una taza de café, un dulcito, un pan con mantequilla) que cualquier cosa, _ “el tiempo que tu empleas en los demás te da autoridad.-
Para ella la autoridad representaba responsabilidad, y como decimos los terapeutas, en ocasiones me parentalizaba, pero su acompañamiento en el proceso era tal, que verdaderamente no era explotación para mi, sino que lo viví como un privilegio.
La autoridad ella la modelaba de manera que te hacia sentir líder, capacitada y te empoderaba.-
Frases como “Tu eres la tranca de vilo”. “Si Dios es contigo, ¿Quién contra ti?”.- “Cada quien tiene lo suyo”.- y en seguida añadía, pero en esta casa. “Nada es de nadie si hay alguien que lo necesite”.-
Para mi madre era tan fácil ir de la solidaridad a la individualidad, de exaltar los privilegios de hija mayor a los sacrificios gratificantes de colaboración y dejarte claro que eres en la medida en que inviertes en el otro.-
Cada día le doy gracias a Dios por el privilegio de haber compartido parte de su adolescencia, porque me dio a luz apenas con 18 años, y decía. “Nivo recuerda que has sido en gran parte mi maestra de vida”. ¡Que Compromiso!
No hay lugar en mi vida para una baja autoestima. Y ese recurso no me lo han dado los muchos libros que he leído. Se que eso solo lo hace La Maravillosa Palabra de Dios en el corazón de una mujer conforme al corazón de Dios, una mujer de oración, de ayuno, de apartarse a escudriñar lo que La Biblia tiene que decir como se lo decía a mi madre .
La mayor autoridad lo da la Palabra de Dios en nuestra mente y nuestros corazones
y esa relación reciproca que tuvo mi madre, con cada una de sus hijas de sus yernos de sus nietos y nietas; que hacia sentir que cada uno era muy especial, y aun así no dejarnos tener mas alto concepto de nosotros mismos que el que debemos tener. Siempre presta para el cambio, para aprender, desde el más niño hasta del más anciano, tenia algo que enseñarle a ella y ella siempre estaba presta para aprender.
Era una esponja y a la vez un regadío oportuno. Porque sabía aprovechar cada momento de la vida como si fuera el último. Todo el tiempo le estaba dando vida a la vida.
TU PALABRA ¡OH DIOS! ME HA SIDO POR GOZO Y HA TRAIDO ALEGRIA A MI CORAZON